Mientras la mayoría de los equipos atraviesa los últimos días del año en modo transición, River ya está plenamente enfocado en la temporada 2026. Desde hace una semana, el plantel trabaja en el Camp de Ezeiza bajo la atenta mirada de Marcelo Gallardo, quien volvió a demostrar que su método no admite improvisaciones, ni siquiera en fechas festivas.
El regreso a los entrenamientos se produjo antes de Navidad, una señal clara de que el nuevo ciclo ya estaba en marcha. Desde entonces, el cuerpo técnico diseñó una agenda especial, con entrenamientos intensivos y jornadas de doble turno, que comenzaron el sábado y se reanudarán con fuerza tras el descanso dominical.
La decisión de Gallardo fue precisa: alternar exigencia y recuperación, cuidando el aspecto físico sin perder ritmo competitivo. El domingo libre funcionó como pausa táctica dentro de una planificación que apunta al gran objetivo inmediato: la pretemporada en San Martín de los Andes, a la que el plantel viajará el viernes 2 de enero.
Antes de ese traslado, River tendrá tres entrenamientos clave en Buenos Aires: lunes 29, martes 30 y viernes 2. Dos de ellos servirán para cerrar el año deportivo y el restante será el último ajuste antes de iniciar la etapa más dura del trabajo físico en la Patagonia.
Gallardo entiende que el verdadero margen de mejora está en estos detalles. Por eso, también resolvió licenciar nuevamente al plantel el 31 de diciembre y el 1° de enero, replicando el esquema aplicado en Nochebuena y Navidad. Descanso corto, controlado y funcional a un plan mayor.
El mensaje hacia adentro es contundente: nadie llega tarde a la temporada. Los diez días de trabajo intenso en el sur, sumados luego a la gira por Punta del Este entre el 10 y el 17 de enero, donde River disputará dos amistosos, serán determinantes para evaluar rendimientos y definir roles.
En ese contexto, muchos futbolistas se jugarán más que minutos. La pretemporada será el primer filtro real del año, una instancia donde Gallardo medirá compromiso, respuesta física y adaptación a la exigencia. El laboratorio de Ezeiza ya arrojó sus primeras conclusiones y el DT pretende que el equipo llegue a enero con una base sólida.
En River, el brindis de fin de año llegará, pero el trabajo no se detiene. Porque para Gallardo, el 2026 no empieza el 1° de enero: ya empezó hace días.
