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Shakira le cumplió el sueño a una abuela salteña de 79 años y entró caminando con ella a su show en Vélez

En una tarde porteña que amagaba con quedarse gris pero terminó abriéndose paso al sol, Graciela, una abuela salteña de 79 años inició un viaje que no sabía que iba a cambiarle la vida. Había llegado a la capital especialmente para ver a Shakira. Era su primer recital, una experiencia completamente desconocida para ella, y estaba tan ansiosa que horas antes del show pidió salir de su casa porque no aguantaba más la espera.

Lo que no sabía era que aquel deseo no sólo se iba a cumplir, sino que iba a superar completamente sus expectativas. Y que, sin darse cuenta, iba camino a convertirse en una de las protagonistas de la noche más emotiva de la Mujeres Ya No Lloran Tour, en el Estadio Vélez Sarsfield.

Graciela llegó al estadio acompañada por su hija y su nieta, convencida de que iban a entrar por la puerta habitual. Pero, en cambio, la desviaron hacia el acceso principal. Ahí fue cuando empezó a sospechar que algo no encajaba. “¿Por qué entramos por acá?”, preguntó. Su nieta le respondió con una frase que la descolocó: “Shakira te eligió para entrar con ella al estadio”.

En un primer momento, la abuela lógicamente pensó que le estaban haciendo una broma. Pero en segundos todo cambió: integrante del equipo de Shakira salió a recibirla, se acercó y le preguntó: “¿Vos sos la invitada especial que estábamos esperando?”.

Una abuela fue elegida por el equipo de Shakira para caminar con ella hacia el escenario de Vélez. Foto: Santiago Sacristán.

La expresión de Graciela cambió. Los ojos se le iluminaron de una forma pura, casi infantil. No podía creer que esa invitación era real, y que ella era la elegida para la famosa “Caminata con la loba”, el ritual en el que un grupo reducido de fans ingresa al escenario detrás de Shakira, en medio de un estadio estallado.

Detrás de ese momento había una trama silenciosa. Milagros, la nieta de Graciela -periodista de Clarín y autora de esta nota-, y su editor habían movido cielo y tierra para cumplirle el sueño de “brillar con la Loba”. Días antes habían iniciado gestiones con Fénix Entertainment, la productora responsable del show, para que su abuela pudiera vivir la increíble experiencia. Las conversaciones avanzaron en reserva y, cuando recibió la confirmación, decidió guardarse el secreto hasta llegar al estadio.

La estrella del club de fans

Una vez dentro del estadio, llevaron a Graciela un pequeño salón VIP, donde se encontraban los otros seleccionados. El tiempo pasó lento y largo: fueron casi dos horas de espera, en las que la emoción convivió con los nervios. Graciela, sin embargo, parecía en su mejor momento. Miraba todo con la curiosidad de quien está viviendo la escena que siempre soñó.

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Una abuela de 79 años entro a Vélez con la manada de lobas de Shakira

En ese momento, algo muy suyo apareció en escena: al ver que varias chicas del grupo llevaban caderines de danzas árabes, no se preocupó en lo absoluto por la magnitud del momento. Se preocupó por otra cosa: que ella no había llevado el suyo. “¡Tengo un montón en la casa, los que me traje de Siria! Todos bordados… ¿Cómo no me avisaste?”, le reclamó a su nieta, más indignada por la falta de accesorios que por cualquier otra cosa. El comentario desató risas en todo el equipo.

Lejos de perder el tiempo, se dedicó a mandarles mensajes de audio a todos sus conocidos, contándoles con emoción lo que estaba a punto de suceder. “Me eligieron para salir con ella al escenario. Esta es la aventura de mi vida. Ahora voy a salir en todos lados y me voy a hacer famosa. Les digo, no sé si vuelvo a Salta”, expresó en una nota de voz para su grupo de amigas, quienes no tardaron en reaccionar con entusiasmo y sorpresa ante la novedad, que seguro será tema de conversación en la peluquería durante varios meses.

Graciela segundos antes de hacer el gran ingreso con Shakira. Foto: Santiago Sacristán.

Minutos antes de las 21 -horario en el que estaba estipulado el inicio del show, que terminó arrancando 40 minutos después- Graciela tuvo que despedirse de su hija y su nieta, y quedarse sola con un grupo de fans a la espera del inicio de la gran hazaña.

Conforme pasaban los minutos, la preocupación creció en la platea. La hija y la nieta se miraban a cada rato el celular, pensando si la abuela estaría cansada, si tendría frío o si estaría nerviosa. Aunque más tarde descubrieron que, mientras ellas se inquietaban, Graciela estaba viviendo uno de los momentos más liberadores de su vida.

El traje y los lentes de Shakira hacían juego con los que vistió Graciela junto a el resto de los fans. Foto: Reuters.

El equipo de Shakira se encargó de compartir con toda la manada de lobas la historia de Graciela, por lo que fue aplaudida, ovacionada y se convirtió en la protagonista de una increíble sesión de fotos, que dejó inmortalizado el momento.

Graciela después lo contó entre risas: “Las chicas me pedían fotos. Me decían ‘abuela, por favor una foto’, y yo estaba feliz, ¡me sentía famosa!”.

Minutos después, al grupo les entregaron las capas plateadas y los lentes negros que hacían juego con el outfit de Shakira. La abuela se vistió como una más del ritual, acomodó la capa en los hombros, se miró en el espejo y se rió. “Mirá vos dónde vine a terminar a los 79”, comentó.

Graciela se llevó todas las miradas de los fans de Shakira y hasta le pidieron fotos en la previa.

Finalmente, llegó el momento. Los fans formaron fila detrás de la Loba y empezaron a caminar hacia el corazón del estadio. Graciela entró entre las primeras filas, detrás de figuras del streaming y las redes -como Cande Ruggieri, Sofía “Jujuy” Jiménez, Mar Cosca, entre otras—, como si fuera parte natural de ese mundo.

Y ahí ocurrió lo inesperado: la abuela no sólo caminó, sino que también bailó, saludó y se dejó llevar por el ritmo y la euforia del estadio lleno. Los fotógrafos que la seguían para esta crónica captaron cada gesto: la sonrisa enorme y los ojos brillando.

El estadio la recibió como si ya la conociera. Miles de personas la vieron pasar con su capa plateada siguiendo a Shakira y reaccionaron como si estuvieran viendo a la representante oficial de todas las suegras, tías y abuelas fanáticas de la cantante colombiana.

Unos minutos después, Graciela volvió a la platea donde estaban su hija y su nieta. Y, cuando llegó, pasó algo que ninguna esperaba: la gente alrededor la reconoció y la aplaudió otra vez. Algunos incluso se acercaron para saludarla, felicitarla y preguntarle qué se sentía estar ahí abajo.

Graciela apenas volvió a la platea con su hija y su nieta.

“No saben lo que fue… no saben lo que viví”, expresó en medio del show. Y a pesar de la travesía, que cualquiera podría pensar que en si misma la dejó agotada, continuó la fiesta desde su butaca. Nunca se sentó y bailó cada uno de los temas como si nada hubiese pasado antes.

Una vez que terminó el show, todavía emocionada, reflexionó sobre lo vivido, como si estuviera en una auténtica conferencia de prensa: “Nunca en la vida vi algo tan hermoso. Esas luces, la escenografía… Qué emoción todo. Ella es una profesional total, muy fina, delicada. Me encantó”. Tanto para ella como para su familia, un día que jamás olvidará, y que quedará para siempre en el recuerdo.

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