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Alberto Gamero volverá al Atanasio Girardot, esta vez como técnico del Deportivo Cali, en el partido frente a Atlético Nacional por la fecha 15 de la Liga BetPlay. No será una visita cualquiera. El estadio paisa ha sido testigo de algunos de los momentos más memorables de su carrera, especialmente en duelos contra el Verde, en los que el samario forjó una reputación de técnico competitivo y de grandes resultados.
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Todo comenzó en 2011, cuando dirigía al Boyacá Chicó. En las semifinales de la Copa Colombia, su equipo eliminó a Nacional en una serie cerrada que se definió desde el punto penal. Era apenas un anticipo de lo que vendría. Con el Deportes Tolima, Gamero convirtió el Atanasio en terreno fértil para las gestas. En 2014 empató 2–2 en Medellín y ganó 2–0 en Ibagué para avanzar en la Copa. En 2017 repitió en la Liga: victoria 1–0 en casa, derrota 2–1 en la capital antioqueña y clasificación desde los doce pasos. Cada visita dejaba la misma sensación: competir, incomodar y, casi siempre, salir bien parado.
Su momento más recordado llegó en la final del primer semestre de 2018. Nacional había ganado en Ibagué y parecía tener la estrella asegurada, pero el Tolima de Gamero remontó 2–1 en Medellín con un gol de Danovis Banguero en tiempo añadido y levantó el título desde los penales. Esa noche se convirtió en una de las más emblemáticas del fútbol reciente: el técnico que desafió la lógica y conquistó el Atanasio. Desde entonces, el Vinotinto y Oro mantuvo más de un año de superioridad sobre los antioqueños.
Gamero también le volvió a ganar en Copa Colombia, cuando Tolima superó a Nacional en los cuartos de final con un global de 2-1. Y ya con Millonarios, el técnico repitió la historia: en la final del primer semestre de 2023 empató 0-0 la ida en Medellín y ganó el título desde el punto penal, en una definición que tuvo a Álvaro Montero como figura en El Campín. Unos meses después, en la final de la Copa BetPlay, Nacional se tomó revancha y levantó el trofeo en el Atanasio, tras otra definición desde los doce pasos pero sin que el equipo de Gamero perdiera el partido en Medellín.
Más de una década después de aquel primer golpe con el Chicó, el Atanasio vuelve a cruzarse en su camino. Gamero llega con un Deportivo Cali en construcción, con la ilusión de volver a clasificar y con la certeza de que ese estadio, tantas veces testigo de sus alegrías, lo espera otra vez.
