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José Luis Muñoz, nuevo Hijo Adoptivo: “Nunca pensé que me iba a tocar a mí, pero siempre me he considerado ciudadano de Cuenca”

En el último pleno municipal, celebrado el pasado 24 de noviembre, el Ayuntamiento de Cuenca aprobó por unanimidad, tras coincidir el equipo de Gobierno y Vox en presentar la misma moción, otorgar a José Luis Muñoz Ramírez el título de Hijo Adoptivo de la ciudad. Periodista, escritor, editor y gestor cultural, Muñoz llega así a un reconocimiento que, según confiesa, le tomó completamente por sorpresa.

“Parece mentira, después de tantos años, significa una sorpresa. Jamás en la vida había pensado en esto”, asegura Muñoz en una conversación con El Digital de Cuenca, quien recuerda cómo, tras recibir la llamada del Ayuntamiento, no daba crédito: “Como periodista he sido testigo de muchos nombramientos, pero nunca pensé que me iba a tocar a mí”.

La unanimidad de la votación, añade, fue un motivo de orgullo: “Siempre piensas que habrá alguien que discrepe y que dice que no merece la pena o que no tengo méritos suficientes, pero cuando finalmente se produce la votación y la votación es unánime, pues eso es una gran satisfacción porque será verdad que lo que yo he hecho a lo largo de todos estos años merece la pena o se valora bien” por lo que asegura sentirse “muy honrado”.

Recuerdos de toda una vida en Cuenca

Con más de seis décadas vinculadas a la ciudad, Muñoz rememora sus primeros pasos en el Diario de Cuenca y cómo, desde entonces, su vida ha estado ligada a la prensa y a la cultura local: “Ha sido un recorrido tan grande y variado… Nunca hablo de mí en solitario, hubo muchas personas que colaboraron conmigo. Juntos pusimos las bases de lo que hoy es la estructura cultural de Cuenca, primero en el Departamento de Cultura del Ayuntamiento y luego con el Teatro Auditorio”.

Entre los recuerdos más entrañables, destaca su primer día en la redacción y la inauguración del Teatro Auditorio: “Aquello fue un sueño para Cuenca, que suele tener cierta tendencia al pesimismo porque la gente pensaba que no se iba a terminar nunca, esto no lo van a inaugurar jamás, esto no va a funcionar. Y claro, de pronto resulta que sí funciona y lo sigue haciendo”.

Y en cuanto al plano personal, recuerda el nacimiento de sus tres hijos, sus cinco nietos y, por supuesto, de su mujer quien entre risas recuerda que le sigue aguantando después de 50 años.

Un periodista crítico y un gestor cultural incansable

Muñoz también reflexiona sobre la valoración de la ciudad hacia quienes han dedicado su vida a la cultura: “Como periodista crítico y polémico, sé que he disgustado a algunas personas” y de paso, aunque con humildad, se congratula de que “parece que la mayoría, la mayoría de ciudadanos, sí que me ve con cierto interés o sí piensa que he hecho algo que merece la pena”.

Si bien, reconoce que la cultura “siempre está siendo maltratada”. En este sentido, Muñoz, señala que “en el terreno cultural el esfuerzo total que debería hacerse” si bien admite que “se ha hecho mucho”. Recuerda iniciativas pioneras como los Conciertos de San Miguel o la feria del libro en el Parque de San Julián. “Cuando llegué al Departamento de Cultura del Ayuntamiento, en 1988, esto estaba en mantillas. Pero nunca es suficiente, nunca es suficiente. Si alguien piensa que este ya es el mejor de los mundos posible, se equivoca”.

Asimismo explica cómo el consistorio estuvo casi 100 años tratando de poner en marcha una biblioteca municipal en Cuenca, recordando un intento abriendo una en el Parque de San Julián, que “duró muy pocos años y se canceló”. Ya como jefe del departamento de Cultura del Ayuntamiento de Cuenca resalta que se pudo llevar a cabo la apertura de la primera biblioteca municipal moderna (en el Centro Cultural Aguirre) y luego dos de barrio, en Villa Román y la Fuente del Oro, pero el plan era abrir seis. Las otras cuatro siguen pendientes”.

Con todo su mensaje es claro: “Se ha hecho mucho, se ha avanzado mucho, pero sigue habiendo muchas cosas pendientes y en cultura hay que seguir haciendo un esfuerzo importantísimo para avanzar mucho más”.

Cuenca, un hogar adoptivo

Nacido en Tetuán, Marruecos, Muñoz llegó a Cuenca en 1963 como estudiante gracias a una beca. Con apenas 20 años, gracias a una beca para ser educador en un colegio menor. “Era un estudiante donde mi familia no tenía medios económicos”, recuerda en la conversación coincidiendo además su llegada en una fecha tan señalada en el calendario festivo conquense como son las Ferias y Fiestas de San Julián. “Me encontré una ciudad por su estructura de cerro, de montaña, de casco antiguo y que encima tenía vaquillas sueltas por las calles. Eso fue muy divertido”.

Para Muñoz, Cuenca ha dejado de ser solo un lugar de paso y con el tiempo la ciudad se convirtió en su verdadero hogar. “Hasta ahora era forastero, aunque a pesar de vivir aquí, era un señor de fuera, pero después de tantos años, evidentemente, yo siempre me he considerado ciudadano de Cuenca”, afirma.

La ciudad no solo lo acogió a él, sino también a su familia: “Aquí nacieron mis tres hijos. Tengo mi casa, mi vida y mi trabajo en Cuenca”.

Para Muñoz, este título no es solo un honor, sino la confirmación de un vínculo que ha ido construyendo a lo largo de toda una vida, entre periodismo, cultura y comunidad: una trayectoria que le permite decir con orgullo que Cuenca es su ciudad.

Con el paso de los años, Cuenca dejó de ser solo un destino: “Mis tres hijos nacieron aquí. Siempre me he considerado conquense, aunque en el DNI pusiera otra cosa. Y ahora, como hijo adoptivo, lo soy también oficialmente”.

Hoy, tras más de 60 años, se considera completamente conquense: “El que ahora sea hijo de activo significa que ha terminado esa especie de barrera que había entre ser forastero y ser de aquí. A todos los efectos ya soy hijo de Cuenca aunque adoptivo”.

El casco antiguo, añade, es lo que más le ha marcado: “Es algo absolutamente singular que probablemente la ciudad de Cuenca en general quizás no lo valora todo lo que se debería valorar” a pesar de que es Patrimonio de la Humanidad y de que la gente visita este enclave en Semana Santa o en vaquillas. “Hay que cuidarlo y mantenerlo sin contaminar. El tráfico y los pisos turísticos son un reto, pero es un tesoro absoluto que hay que cuidar”. Apunta problemas importantes como el tráfico o la proliferación de pisos turísticos: “Hay muchas cosas preocupantes. No digo que se arreglen de un día para otro, pero hay que seguir trabajando”.

Periodismo, cultura y legado

Durante su carrera, Muñoz ha cubierto la transición española, sucesos, política, y ha fundado la revista independiente El Banzo.

Muñoz es el periodista vivo más veterano de Cuenca. “Soy el decano, el que más tiempo lleva en la profesión, aunque esté un poco en la reserva”, dice entre risas.
Y acumula momentos inolvidables.

Entre las informaciones que más lo marcaron destacan:

  • Las crónicas sobre el obispo Guerra Campos, que seguía toda la prensa española.
  • El saqueo de los libros del Seminario, una exclusiva que publicó en El País.
  • La muerte de Fernando Zóbel, cuya crónica también conserva el Museo de Arte Abstracto.
  • El accidente aéreo de Altomira, quizá el suceso más impactante de su vida profesional: “Ver aquel avión destrozado, el olor de los cuerpos calcinados… eso no se olvida nunca”.

Y recuerda con especial cariño la revista El Banzo, “una aventura apasionante, independiente, rompedora y transgresora”.

También destaca su labor en la cultura local, especialmente la programación inaugural del Teatro Auditorio, con ópera, danza y música que sorprendieron a la ciudad.

Tras décadas de periodismo activo, pasó a la gestión cultural: “Son dos mundos muy distintos, con sus satisfacciones y sus momentos duros. No reniego de ninguno, pero yo soy periodista”.
Su gran reto, admite, fue la puesta en marcha del Teatro-Auditorio ‘José Luis Perales’: “Aquello fue una batalla campal. Convencí al alcalde José Manuel Martínez Cenzano de hacer no solo una inauguración, sino un ciclo inaugural completo. Había que mostrar todo lo que Cuenca podía ver allí: ópera, danza, conciertos, teatro…”.

Hoy, sigue vinculado a la profesión a través de su columna semanal: “Es mi consuelo periodístico. Aún me gustaría estar en activo, dando noticias y haciendo reportajes. Pero bueno, evidentemente, asumo que ya no tengo ni edad, ni medios, ni estoy en condiciones de ser un periodista en activo como era antes”.

Sobre el periodismo actual, aconseja a los jóvenes: “Hay que estar siempre dispuestos a hacer información, intentar ser lo más independientes posible y mantener un criterio propio. Es una profesión maravillosa, aunque cambiante por el mundo digital”.

Mirando al futuro de Cuenca

Para Muñoz, la gran apuesta de Cuenca sigue siendo la cultura y el turismo: “Si la ciudad hace una gran oferta cultural y turística, la gente vendrá. Hay que ser ambiciosos, programar calidad y apoyar a los grupos locales”.

Muñoz es claro respecto al porvenir de la ciudad: “Cuenca no será industrial. La gran apuesta es la cultura y el turismo”. Propone ser ambiciosos: “Si Cuenca ofrece cultura de calidad, vendrá gente a ver ópera, teatro, conciertos… También necesitamos hoteles y restaurantes atractivos”.

Como nuevo hijo adoptivo, lanza un mensaje a los conquenses: “No sean tan pesimistas. Los conquenses tienen una gran tendencia al pesimismo o al pasotismo. Al ‘ea’. Esta ciudad puede mejorar muchísimo gracias a quienes vivimos aquí, con un impulso decidido de todos, incluyendo a los medios informativos”.

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